Hay ocasiones en las que menos es más y este fue uno de los lemas que nos planteamos cuando comenzamos a trabajar en esta boda en El Ampurdán que organizamos en una finca de la comarca dedicada a la fabricación de aceite gourmet a pequeña escala. El escenario elegido por los novios para la boda ya ayudaba a crear el ambiente que queríamos para la ceremonia y solo tuvimos que completarlo con la flores y plantas de una forma muy sencilla para obtener el resultado que buscábamos.
Para el banquete de este enlace instalamos una carpa transparente que iluminamos con un montón de lámparas de esparto muy orgánicas y bombillas de diferentes tamaños. El efecto que conseguimos con esto al caer la tarde fue espectacular, ya que creamos un ambiente mágico que daba la sensación de estar bajo un cielo estrellado.
Con el sitting quisimos hacer algo vistoso y potente. Estaba a punto de terminar el verano y lo instalamos en el jardín que lucía con una vegetación espectacular. Para diseñar el sitting elegimos la planta Erica que tiene un punto muy subido de fucsia y logramos resultado bastante vistoso ya que además era un sitting muy grande, dado el número de mesas que teníamos en el banquete.
Una boda en la Ampurdán con una cena campestre a la luz de la luna
Para las mesas también apostamos por adornarlas con un estilo sencillo y por eso creamos unos caminos de mesa muy silvestres que aumentaban la sensación de estar en una comida en el campo. En el centro las mesas colocamos unas botellitas de cristal, algunas de las cuales aportaban un pequeño toque de color en rosa pálido.
Por su parte, para las flores elegimos diferentes tonos rosados y anaranjados que iban desde el melocotón y blanco hasta un punto de rosa fucsia, para darle potencia a la gama cromática. Además, instalamos unas velas para darle un poco de luz a las mesas.
En esta boda en El Ampurdán conseguimos un resultado excepcional, campestre y sencillo pero muy elegante y cuidado. A la altura de nuestra espectacular pareja de novios.
